Javier Hermoso de Mendoza
Javier Hermoso de Mendoza
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UNA MIRADA A LA COHERENCIA DE UPN

Al endurecimiento de la labor opositora de PSN, UPN ha contestado con un intento de quitarle legitimidad en base a una supuesta connivencia con el grupo abertzale radical. Estamos asistiendo a la enésima utilización que PP & Asociados hace del terrorismo para intentar anular al oponente. Primero -hablo del verano navarro- fue la acusación de que los socialistas se apoyaban en EH para desarrollar su labor opositora; después fue el cabreo de Cervera al ver a Cesar López Dios portando una pancarta que también asía la representante del grupo abertzale (¿tendrán la desfachatez de criticar a sus compañeros de Leiza por haber participado en la manifestación del pasado 10 de agosto y haber portado con EH y EA la pancarta?). Todas estas críticas y rabietas, que como serpiente de verano ha estado presente en todas las manifestaciones de los líderes regionalistas, intentan que la labor opositora del PSN se limite a la de socio, avalista y garante de la política del ejecutivo regionalista. Son unas críticas hipócritas, porque, llevadas con coherencia hasta sus últimas consecuencias, obligarían a que UPN se ausentara de todos los foros, organismos, instituciones y votaciones en las que EH estuviera presente, participara, o ejerciera el voto (pero no esperemos en vano tal alarde de coherencia: en sus últimas declaraciones a un periódico local, el Sr. Sanz Sesma ha señalado que se puede "comprometer a que ninguna iniciativa del Gobierno salga adelante gracias a la abstención de EH, sino que, para prosperar, necesite al menos el respaldo de un grupo parlamentario democrático... siempre y cuando haya un compromiso de la oposición para que ninguna de sus iniciativas, para salir adelante, cuente con el voto positivo de EH". O lo que viene a ser lo mismo: él se beneficiará del voto del grupo independentista mientras la oposición no renuncie a su posible beneficio) Es, también, una política inconsecuente, porque diariamente es vulnerada por destacados miembros de UPN, los cuales, mientras ponen una vela a Dios y otra al Diablo para conseguir la tranquilidad que su miedo, incompetencia y falta de coraje demanda, desprecian y pisotean la política oficial de su partido y ensombrecen la coherencia y valor de numerosos miembros de la familia regionalista que han sufrido el terrorismo y diariamente le plantan cara.

El ejemplo negativo que mejor conozco es el del ayuntamiento de Estella, cuya Alcaldesa, de UPN, al frente de un grupo municipal al que sólo falta un concejal para alcanzar la mayoría absoluta, apoya su gestión en el grupo municipal de EH, a cuya portavoz tiene encomendada la presidencia de la Comisión de la Mujer, y no duda en propiciar la ausencia de alguno de sus compañeros regionalistas para permitir que propuestas de EH salgan adelante (véase pleno de marzo del presente año, asunto Gaztetxe), mientras los acuerdos adoptados a propuesta de la oposición democrática son sistemáticamente incumplidos, como recientemente ha denunciado el PSN. Estamos ante una alcaldesa, la Sra. Bozal Bozal, que intentando colocarse la venda antes que la herida, padece el síndrome de Estocolmo sin haber viajado a la ciudad norteña, y parece hallarse seducida y paralizada por todo aquello que proceda, real o aparentemente, del mundo radical.


Hasta el pasado diciembre, la pancarta colgó en casi todos los Plenos
Hasta el pasado diciembre, la pancarta colgó en casi todos los Plenos.

Es un mal ejemplo, que debería obligar a los señores Sanz, Catalán y compañía, a quitar la viga del ojo regionalista antes de buscar la paja en el socialista, y a aplicar en su propia casa la exigencia y coherencia que a otros demandan. Cuando el anterior alcalde, hoy Presidente del Parlamento Foral, después de abusar de su relación con EH, con motivo del asesinado de Miguel Ángel Blanco tuvo el valor de destituir de los cargos a los representantes del grupo radical, fue aplaudido por el grupo municipal regionalista, quien, por boca de la Sra. Salanueva, hoy Vicepresidenta Primera del Parlamento, abogando por el aislamiento de EH afirmó que no suscribirían acuerdos con la coalición abertzale, ni se fotografiarían junto a sus concejales, señalando que "nos parece lógico que se les haya retirado de sus cargos, pero hubiera sido mejor que nunca hubieran tenido ninguna responsabilidad". No sé si hasta la fecha se habrán sacado fotos con los ediles independentistas, pero sus convicciones de no suscribir acuerdos y provocar su aislamiento duraron en UPN de Estella lo mismo que tardaron en alcanzar la Alcaldía. Y no es que en el tiempo que media hasta la fecha, los representantes de EH hayan cambiado y formen parte, por ejemplo, de la corriente Aralar. Ni mucho menos: ante la condescendiente sonrisa de nuestra Alcaldesa, pleno tras pleno cuelgan delante de su escaño una pancarta que ya nos resulta familiar: "Euskal presoak, Euskal Herrira". Tampoco la Sra. Bozal Bozal puede alegar ignorancia y llamarse andana: hace más de un año le entregué una nota mediante la que señalaba la contradicción en que estaba incurriendo respecto a la política oficial de su partido, y le demandaba coherencia. Pero claro, no se puede esperar esa virtud de quien sólo tiene por norte buscar a cualquier precio la tranquilidad que le permita seguir cobrando su millonario sueldo.

El comportamiento de la Alcaldesa de Estella aún resulta más reprobable si tenemos en cuenta que el grupo municipal de EH nunca ha condenado un atentado. Recientemente, el primer día de nuestras Fiestas Patronales, un grupo de encapuchados atentó contra el Cuartel de la Guardia Civil, quemando con sus cócteles una vivienda. Hubo suerte de que no se produjeran desgracias personales, pero pudo haberse producido una masacre. Bien, pues este acto terrorista, sólo mereció, por parte de la Sra. Bozal Bozal, unas declaraciones de circunstancias y un pleno rutinario, sin que hasta el día de hoy, nuestra primera dama, tan ocupada en asistir a recepciones y festejos, haya tenido tiempo de tomar las decisiones a que debería sentirse obligada y que la mayoría de los ciudadanos esperábamos. Nada de extrañar, pues es un ejemplo más de la desidia, pusilanimidad e irresolución a que nos tiene acostumbrados (¡así va Estella!). Por todo ello, en vez de tanta escandalizada reacción, sugiero al Sr. Catalán que imponga en sus filas la coherencia que debe y a otros exige, pues la Sra. Bozal Bozal no es la alcaldesa de una aldehuela perdida en algún rincón de Navarra, sino de la Ciudad de Estella, amén de parlamentaria de nuestro Parlamento Foral y miembro de los órganos que dirigen y controlan UPN. Hasta el punto de que Miguel Sanz, en las declaraciones a que antes me he referido, llega a calificarla como uno de los "cuadros del partido" que pueden sustituirle en el momento en que decida no presentarse a la reelección. (¡vivir para ver!).

Nota: esta colaboración se publicó en Diario de Noticias, el 16/09/01. Aprovechando la dimisión socialista de las presidencias de las comisiones, en febrero de 2002, retiró el cargo a la edil abertzale. Cuando escribo esta nota (enero de 2003), aún luce en los plenos la pancarta.

ARRIBA © 2003-2005 Javier Hermoso de Mendoza